Antes de ser obispo

Nada sabemos con certeza de la vida de San Saturnino anterior a su episcopado en Toulouse.

La leyenda remonta sus orígenes a Oriente y sitúa su existencia en la época de Jesús, cosa imposible porque su martirio tuvo lugar a mediados del siglo III.

Según esta tradición habría nacido en Patrás (Grecia), siendo hijo del rey Egeo de Acaya y de la reina Casandra. Habría marchado a Palestina para conocer a san Juan Bautista, quien lo bautizó y lo dirigió a Cristo. Formando parte de los seguidores del Señor, habría asistido a algunos acontecimientos importantes de la vida de Jesucristo narrados en los evangelios: la multiplicación de los panes, la última cena, la pesca milagrosa, las apariciones del resucitado, incluso se le atribuía ser quien llevó pescado asado y un panal de miel a Cristo resucitado. También habría estado presente en el cenáculo el día de Pentecostés, junto a los discípulos.

Tras la difusión misionera de los apóstoles, habría seguido a san Pedro. Éste lo habría mandado en misión a la Pentápolis y a Persia. Y a su regreso, habrían ido juntos a Roma donde habría sido nombrado obispo y enviado a Toulouse, junto con el diácono san Papoul.

Al parecer, toda esta información fue incorporada por San Cesáreo de Arlés a las actas del martirio de San Saturnino, hacia el año 530, para conceder un origen apostólico a la Iglesia de Toulouse y resaltar así la importancia de esta sede.


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iconografía